Uno de los métodos más eficaces a la hora de aprender a leer rápidamente y comprender aquello que leemos consiste en adquirir una VISIÓN PERIFÉRICA, es decir, leer como si lo hiciéramos “de pasada”, haciendo barridos con la mirada, no deteniéndonos a cada palabra, sino en zonas o PALABRAS CLAVE, agrupándolas o incluso tomando las más destacadas. En ocasiones se pueden tomar como referencias clave los subrayados, negritas o textos destacados, en aquellos escritos donde los haya. La idea es HABITUAR NUESTRA MIRADA y nuestra lectura interna a la lectura real de nuetra mente . Esta es capaz de comprender a una velocidad mucho más rápida de la que estamos acostumbrados. Y sin embargo, muchas veces, haciéndolo a un ritmo mucho más lento, no somos capaces de hacer lecturas efectivas. Este problema no es debido a la velocidad. Se debe al Método. Pero sobre todo, se debe a la FALTA DE CONCENTRACIÓN. Existe una serie de EJERCICIOS Y RUTINAS que ayudan no solo a mantener la concentración en nuestras lecturas, sino también en la VELOCIDAD y PRODUCTIVIDAD como lo hacemos. Esto hará que la persona que los practique y los aplique eficientemente consiga realizar sus lecturas mucho más rápido y las comprenda y recuerde durante más tiempo.
1. Lo primero que debemos hacer es RELAJARNOS. Una lectura nunca será correcta si estamos tensos. Cuando nuestra mente se encuentra en tensión resulta sumamente fácil que perdamos la concentración y nos sintamos obligados a regresar y releer una y otra vez los mismos párrafos cada vez que perdamos el hilo de nuestra lectura. Eso no sucedería si estuviéramos relajados y centrados en el texto. A cada cosa hay que dedicarle su tiempo y no podemos dedicarle su tiempo a una lectura si nuestra cabeza se distrae por momentos en otras cosas. Hay que habituar nuestros ojos a una VISIÓN ERIFÉRICA. No centrándonos en el flujo lógico del texto, sino intentando alcanzar una visión más amplia a lo largo y a lo ancho, tomando el BLOQUE DE TEXTO como si fuera una IMAGEN. Del mismo modo como lo hacemos cuando conducimos, mirando al conjunto, o como cuando miramos una película en el cine y sentimos la presencia de una persona que se va a sentar junto a nosotros.
2. Inicialmente, practicaremos agrupando las palabras de los textos de 2 en 2. De modo que con una sola mirada seamos capaces de leer 2 palabras consecutivas a la vez. Casi sin darnos cuenta, seremos capaces de leerlas de 3 en 3 y, con un poco de práctica y constancia, estaremos leyendo líneas enteras de texto con solo un par de miradas fugaces, aumentando considerablemente la velocidad de nuestra lectura visual. Al mismo tiempo, una vez que nuestra velocidad de lectura visual (también llamada voz interna) se aproxime a la velocidad mental, el riesgo de distracción y falta de concentración se reducirá al límite. Con lo cual, cuanto más rápido podamos leer, mayor grado de concentración seremos capaces de alcanzar.
3. Finalmente, para desarrollar un poquito más, tanto la visión periférica como el poder de concentración, una vez adquirida cierta destreza, se pueden realizar ejercicios basados en barridos visuales en forma de Z, de X, de U. primero, centrándonos en párrafos o medias páginas. Y con la práctica, en páginas completas.
La constancia y una buena disciplina nos permitirá educar nuestra visión periférica y leer visualmente casi al ritmo que lo hace nuestra mente, reduciendo considerablemente el tiempo de lectura del mismo modo que aumentamos la calidad de la misma.
La siguiente obra es una excelente rutina guiada por medio de ejercicios prácticos para desarrollar una potente visión periférica y lectura visual.
MANUAL DE LECTURA RÁPIDA (por Antonio Blay Fontcuberta)